La Gran Guerra: Elegia para piano




La Gran Guerra: Elegía para piano es una reflexión artístico-musical sobre uno de los periodos más oscuros de la historia europea. A modo de película muda, clips fílmicos y citas se entremezclan con una selección de piezas para piano compuestas en aquel entonces conjeturando conexiones significativas ya históricamente fundamentadas, ya más artísticamente inspiradas. Sin el afán de hacer juicios de valor o establecer veredictos históricos, Elegía para piano propone diálogos entre música, textos y filmes históricos para que se nos muestren más vivos, más cercanos. Pensar este concierto fílmico ha sido pues fruto de varios tipos de labor interpretativa: primero la pianística-musical, segundo una emocional e intelectual sobre las circunstancias en las que se encontraban las diferentes personas que protagonizan este proyecto, y tercero una interpretación histórica más general sobre la complejidad y el rigor de las fuerzas históricas que devastaron vidas y territorios.


Como concierto fílmico, La Gran Guerra: Elegía para piano busca una alternativa al tópico común de la música clásica occidental que parece insistir en presentar el repertorio pianístico en la sala de conciertos, abstraído y extraído de su contexto. La audiencia gusta de rendir culto a la figura del genio compositor (incluso a la figura del genio intérprete), quizás por ser capaz de elevarse sobre sus circunstancias y sobre el mundo para entregarnos el lenguaje de la belleza universal; como si al músico se le obligase a despojarse de su humanidad para que se le permita subir al escenario. Olvidamos que la música fue escrita por gente de carne y hueso, que si bien podían tener dotes extraordinarias e incluso sobrehumanas para la creación musical, también padecían y sufrían. La Gran Guerra destrozó, en mayor o menor medida, la vida e incluso la voz creadora de todas las personas que compusieron las obras aquí presentes. ¿Cómo no puede esta catástrofe reflejarse en sus composiciones? ¿Cómo podemos escuchar con deleite estas hermosas o ingeniosas melodías sin espeluznarnos ante la inconmesurabilidad de los eventos que las inspiraron o las circunscribieron? Ante todo, pues, este concierto quiere rescatar la humanidad (aun con su naturaleza contradictoria e imperfecta) presente en esta música.


Quizás, en el fondo, este proyecto esté inspirado por un anhelo romántico e iluso: si bien Orfeo pudo con su música convencer a los dioses de permitirle descender al Hades para rescatar a su querida Eurídice, por qué no podrían obras tan hermosas como Le tombeau de Couperin conmovernos para que nunca jamás haya otra guerra.